Las galletas de maicena son un clásico en la repostería casera que combina sencillez, textura delicada y un sabor exquisito. Estas galletas, conocidas por su capacidad de derretirse literalmente en la boca, son perfectas para acompañar el café de la tarde, como un postre ligero o incluso para regalar en ocasiones especiales.
En este artículo, aprenderás cómo hacer estas deliciosas galletas, exploraremos su origen, ingredientes, instrucciones paso a paso y algunas variaciones para adaptarlas a tu gusto.
Descripción de la Receta
Las galletas de maicena destacan por su textura ultra suave, gracias a que la maicena (también conocida como fécula de maíz) es el ingrediente principal. Tienen un sabor suave y ligeramente dulce, que puede realzarse con vainilla, limón o coco. Son ideales para cualquier momento del día, y su preparación es tan sencilla que incluso los principiantes en la cocina pueden lograr resultados perfectos.
Historia y Origen
El uso de la maicena en la repostería tiene raíces en la tradición culinaria de América Latina, especialmente en países como Argentina y Brasil, donde estas galletas son un ícono de la merienda. Se cree que surgieron como una variante de las galletas de mantequilla europeas, adaptadas con ingredientes locales como la fécula de maíz, que aporta su característica textura.
Hoy en día, estas galletas son populares en muchas culturas, gracias a su simplicidad y su capacidad de combinarse con sabores diversos.
Ingredientes
Para unas 30-40 galletas, necesitarás:
- 200 g de maicena (fécula de maíz).
- 100 g de harina de trigo.
- 100 g de mantequilla sin sal a temperatura ambiente.
- 80 g de azúcar glas.
- 1 yema de huevo.
- 1 cucharadita de esencia de vainilla (o ralladura de limón).
- 1 pizca de sal.
Opcionales:
- Coco rallado para decorar.
- Chocolate derretido para sumergir las galletas.