
Los grisines de orégano y queso son una opción de snack crujiente, delicioso y perfecto para acompañar cualquier comida o disfrutar solo. Estas tiras de pan son ideales para acompañar dips, quesos, embutidos o simplemente para picar entre comidas. Su sabor a queso y el toque aromático del orégano los convierte en un aperitivo irresistible. Además, son fáciles de hacer en casa y mucho más frescos que los comerciales. A continuación, te enseñaremos cómo preparar unos grisines de orégano y queso caseros que encantarán a todos.
Descripción del Plato
Los grisines, también conocidos como “palitos de pan” o “picos”, son originarios de Italia y son populares en muchos países del mundo. En esta receta, se les da un toque especial con queso y orégano, que los hace aún más sabrosos y aromáticos. Son perfectos para acompañar ensaladas, sopas o simplemente para disfrutar como snack. Crujientes por fuera y con un sabor que combina el queso y el orégano, estos grisines se convertirán en un básico en tu cocina.
Historia y Origen
Los grisines tienen su origen en la región de Piamonte, Italia, donde se popularizaron como un pan fino y crujiente. Se cuenta que en el siglo XVII, un médico recomendó hacer este pan largo y fino para facilitar la digestión del duque de Saboya, quien tenía problemas estomacales. Desde entonces, los grisines se volvieron un snack popular en Italia y luego en el mundo. Hoy en día, existen muchas versiones, y los grisines de orégano y queso son una variación que resalta por su sabor y aroma únicos.
Ingredientes
Para hacer grisines de orégano y queso necesitas:
- 250 gramos de harina de trigo
- 1 cucharadita de sal
- 1 cucharadita de azúcar
- 1/2 cucharadita de polvo de hornear
- 50 gramos de queso rallado (preferiblemente parmesano o un queso seco)
- 1 cucharada de orégano seco
- 4 cucharadas de aceite de oliva
- 120 ml de agua tibia (aproximadamente)
- Queso rallado extra para espolvorear (opcional)
- Orégano seco extra para decorar (opcional)