Instrucciones
- Preparar la leche infusionada: En una cacerola, vierte el litro de leche y agrega la rama de canela y la cáscara de limón. Calienta a fuego medio hasta que la leche esté a punto de hervir. Una vez que comience a liberar el aroma de la canela y el limón, retira del fuego y deja reposar unos 10 minutos para que los sabores se intensifiquen.
- Mezclar las yemas y el azúcar: Mientras la leche reposa, en un bol grande, bate las yemas de huevo con el azúcar hasta obtener una mezcla cremosa y blanquecina. Este paso es importante, ya que disolver bien el azúcar en las yemas ayuda a obtener una textura suave.
- Incorporar la maicena (opcional): Si deseas unas natillas más espesas, disuelve la maicena en un poco de leche fría (de la leche infusionada) y agrégala a la mezcla de yemas y azúcar. Esto ayudará a dar mayor consistencia a las natillas.
- Verter la leche infusionada en la mezcla de yemas: Cuela la leche para eliminar la canela y la cáscara de limón, y agrégala poco a poco a la mezcla de yemas y azúcar, removiendo constantemente para evitar que las yemas se cocinen demasiado rápido.
- Cocción a fuego lento: Vierte la mezcla en una cacerola y cocina a fuego bajo, removiendo constantemente con una espátula o cuchara de madera. Es importante no dejar que la mezcla hierva, ya que las natillas podrían cortarse. Cocina hasta que espese ligeramente y cubra el dorso de una cuchara.
- Retirar del fuego y enfriar: Una vez que la mezcla haya alcanzado la consistencia deseada, retírala del fuego y sigue removiendo unos minutos para evitar que se formen grumos. Luego, vierte las natillas en recipientes individuales y deja enfriar a temperatura ambiente antes de refrigerarlas.
- Decorar y servir: Antes de servir, espolvorea un poco de canela en polvo sobre cada natilla para darle el toque final. Puedes disfrutar de las natillas frías o a temperatura ambiente, según prefieras.
Presentación y Sugerencias de Servicio
Las natillas con canela pueden servirse en pequeños recipientes individuales o en cazuelitas de barro para una presentación más tradicional. Añadir una galleta encima de cada natilla es una práctica común que añade una textura crujiente que contrasta deliciosamente con la cremosidad del postre. Este toque hace que las natillas se vean aún más apetitosas y sean ideales para terminar una comida con un sabor clásico y reconfortante.
Variaciones de la Receta
- Natillas de Vainilla: Sustituye la canela por una vaina de vainilla para obtener un sabor diferente y aromático.
- Natillas con Chocolate: Añade una cucharada de cacao en polvo a la mezcla de yemas y azúcar para unas natillas con un toque de chocolate.
- Natillas sin Azúcar: Para una versión baja en calorías, sustituye el azúcar por edulcorante en polvo apto para cocinar.
- Natillas Veganas: Utiliza leche de almendras o de coco y un sustituto de yema de huevo, como maicena y agar-agar, para una versión sin ingredientes animales.
Beneficios para la Salud
Aunque las natillas son un postre, también aportan ciertos nutrientes gracias a sus ingredientes básicos. La leche proporciona calcio y vitamina D, esenciales para la salud ósea, y las yemas de huevo contienen proteínas y grasas saludables. La canela, además de aportar un sabor distintivo, es conocida por sus propiedades antioxidantes y su capacidad para regular los niveles de azúcar en sangre.