
La salsa bechamel es uno de los ingredientes clásicos y esenciales en una lasaña, aportando suavidad y una textura cremosa inconfundible. Además de ser perfecta para lasañas, la bechamel es una base ideal para muchos otros platos, desde gratinados hasta verduras al horno. Aunque es una receta sencilla, su preparación requiere precisión para lograr una consistencia suave y sin grumos. En esta guía te explicaremos paso a paso cómo preparar una salsa bechamel casera deliciosa para realzar tus lasañas.
Descripción de la Receta
La salsa bechamel es una salsa blanca, espesa y cremosa, hecha a base de leche, mantequilla y harina. Es la base de muchas recetas clásicas de la cocina francesa e italiana, pero se ha popularizado en muchos países como complemento en platillos de pasta, sobre todo en lasañas y gratinados. La clave para una buena bechamel está en cocinarla a fuego lento y revolver continuamente para evitar grumos.
Origen e Historia
La salsa bechamel tiene sus raíces en la cocina francesa del siglo XVII. Se le atribuye al marqués de Béchameil, quien fue el primero en documentar una receta que luego se haría famosa en la gastronomía europea. Sin embargo, su origen podría ser aún más antiguo, dado que en Italia ya existían recetas similares. Hoy en día, la bechamel es un componente básico en muchos platos de la gastronomía mundial, especialmente en lasaña y otros gratinados.
Ingredientes
Para preparar aproximadamente 500 ml de salsa bechamel necesitarás:
- 500 ml de leche entera
- 50 gramos de mantequilla
- 50 gramos de harina de trigo
- Sal al gusto
- Pimienta negra recién molida al gusto
- Nuez moscada al gusto (opcional)